jueves, 14 de agosto de 2008

Buena suerte vs. mala suerte

Pues había una vez un señor muy, muy anciano que vivía solo en una pequeña aldea de Japón. El hombre era muy pobre, y solo contaba con un caballo que le ayudaba a hacer las tareas de carga con las que el hombre subsistía.

Un día el anciano se olvidó de cerrar la puerta del establo y el caballo se escapó al monte. Entonces todo el pueblo, apenado por la situación del pobre anciano, se acercaba a su casa y se lamentaban frente a él: qué mala suerte!, qué mala suerte has tenido! - le decían-, sólo vivías de tu caballo y se te ha escapado y ahora de qué vas a vivir.... Mala suerte, buena suerte, el tiempo lo dirá - respondía el anciano.

A los pocos días el anciano salió a pasear por el campo y se encontró a su caballo pastando junto a una yegua salvaje, de modo que cuando se llevó su caballo a casa la yegua les siguió. Entonces todo el pueblo se acercaba y le decía "qué buena suerte, qué buena suerte, ahora en vez de un caballo tienes dos"... a lo que el anciano les respondía "buena suerte, mala suerte, el tiempo lo dirá..."

Pero ahora el anciano tenía dos caballos a los que debía cuidar y alimentar, y era tan viejo y pobre que no podía...y todo el pueblo le decía "qué mala suerte, qué mala suerte, ahora no puedes hacerte cargo de los dos caballos y se te van a morir..." , y él contestaba siempre lo mismo, buena suerte, mala suerte, el tiempo lo dirá.

Entonces el hijo del anciano, que vivía en un pueblo cercano, se enteró y fue a vivir con su padre para ayudarle en las tareas, y todo el pueblo fue a felicitarle porque ahora tenía a un hijo joven y fuerte que le ayudaría..."qué buena suerte -le decían todos- ", a lo que él simplemente contestaba "buena suerte, mala suerte, el tiempo lo dirá".

Un buen día su hijo estaba montando a la yegua salvaje, y esta, que estaba todavía un poco indómita le tiró al suelo fracturándole una pierna y haciéndole guardar cama...y todo el pueblo le decía qué mala suerte, ahora encima tienes dos bocas que alimentar y tu hijo no te puede ayudar...y él respondía "buena suerte, mala suerte, el tiempo lo dirá..."

A los pocos días el ejército japonés vino al pueblo a reclutar soldados jóvenes para una terrible guerra, llevándose a todos los jóvenes del pueblo menos al hijo del anciano, que estaba postrado en cama. En una sangrienta batalla la semana siguiente todos los jóvenes del pueblo murieron en la guerra.

PD: Tak skal det

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