viernes, 29 de junio de 2012

Canelones de acelga rellenos de mejillones en hojaldre

Hoy he visto esta receta a Bruno Oteiza y la verdad es que me ha parecido muy interesante, así que aquí está para hacerla prontito. Para dos personas Haremos cuatro tiras de hojaldre del tamaño que queramos darle a los canelones, colocamos dos en una bandeja de horno y las untamos de huevo y luego encima las otras dos y volvemos a untar de huevo y al horno a 180º hasta que estén doradas. En una olla ponemos un poco de aceite y pochamos cebolla, puerro, ajo y pimiento verde (podemos improvisar un poco con las verduras). Cuando estén medio pochaditas añadimos los mejillones y al ratín un poco de brandy. Cuando se haya evaporado el alcohol añadimos salsa de tomate ya preparada y salsa picante. Una vez abiertos los mejillones los retiramos, los sacamos de las conchas y los picamos. Colamos la salsa y la ligamos un poco. Cogemos unas hojas de acelga, le quitamos la penca central y las escaldamos para poder trabajar con ellas y rellenarlas del mejillos picado haciendo canelones. Para presentarlo conrtamos los hojaldres, volviendo a tener las 4 tiras y ponemos una mitad en el plato, encima colocamos el canelon de acelga napamos y cubrimos con la otra mitad.

lunes, 25 de junio de 2012

Cosas que pasan

Hubo unos días en los que vivías despreocupado, con pequeñas obligaciones que iban en aumento, pero sin grandes responsabilidades, convirtiéndote en persona y creciendo con la vida. Poco a poco la vida va cargándote de peso, siempre con la inestimable ayuda de uno mismo; vas viendo lo que hay a tu alrededor, las personas que te acompañan en este viaje, sientes su cariño y ayuda. A veces echas la vista atrás y ves gente que se ha ido separando de tu camino, lo más o menos importantes que fueron y las razones por las que se separaron, las alegrías que compartiste con ellos y alguna tristeza. Pero la vida, que es muy de jugar, a veces te las devuelve y te sorprende, te deja mudo y con esa sensación de ¿dónde estuviste todos estos años? Pero no es el momento de pararse a ver qué pudo pasar o qué pasó, sino de disfrutar de lo que está pasando, el pasado son solo recuerdos y el futuro no existe. Últimamente la vida me he hecho un regalo, sí otro más, es que no deja de mimarme; que como no podía ser de otra manera me ha dejado mudo y vuelvo a disfrutar de amaneceres infinitos. De pronto se altera un orden de valores prestablecido mucho tiempo atrás y que no había sido revisado nunca, de pronto la distancia no es más que una sensación a la que no hacer demasiado caso, de pronto las sonrisas son más grandes y los silencios más cortos, de pronto todo cobra sentido y eres feliz.

martes, 12 de junio de 2012

Dos palabras

De pronto alguien te mira a los ojos y te dice dos palabras y en eso momento no existe nada más, tu cerebro se para durante unas micras de segundo y es como si le hubiese atravesado un tren de mercancías. Notar una mirada clavada en esos momentos cruciales y devolver la mirada mientras tu cerebro vuelve a ponerse en marcha, sientes el latido acelerado del corazón y tus músculos tensarse. Son dos palabras, pero no hacen falta más y tu vida cambia, los sentimientos se acentúan y te sientes desarmado. En ese momento gritarías fuerte, tienes mucha energía que liberar y sin embargo te quedas paralizado, solo puedes gesticular algo mientras la sangre vuelve a fluir. Son dos palabras y dejas de ser todo lo que eras y compruebas que eres vulnerable, que nadie es perfecto y el poder que tienen solo dos palabras.

viernes, 1 de junio de 2012

Mejillones al ras el hanout

Otra recetilla fácil y barata, de las que también os hará quedar como auténticos chefs, y encima con el sabor exótico del ras el hanout. En una sartén bien caliente y con un buen chorro de aceite sofreimos cebolla y tomate seco que previamente habremos hidratado en aceite de oliva. Cuando esté todo bien pochado añadir ras-el-hanut, cuidadin que tiene un sabor intenso no abuséis si no lo conocéis. Un par de vueltas y añadimos unas verduras que hemos preparado previamente al vapor (patatas, guisantes, zanahorias y judias verdes) para que no pierdan su color, un par de vueltas y añadimos unos mejillones límpios y cuando se abran ya tendremos el plato listo.

Presa Ibérica al Jerez

Esta es una receta bastante curiosa y desde luego treméndamente sabrosa, desde luego no es nada difícil y como siempre el cerdo gusta mucho y es barato, así que os animo a prepararla. En una sartén bien caliente echamos un poco de aceite de oliva y sellamos las piezas de presa presa, las retiramos del fuego y en la sartén añadimos mantequilla, donde sofreiremos cebolla picada fina; cuando esté transparente añadimos unas castañas y al final setas y pasas. Cuando esté todo bien reogado devolvemos la carne a la sartén y echamos un vaso de vino de Jerez y otro de moscatel; cuando se haya evaporado el alcohol cubrimos con caldo de carne. Vamos a preparar una guarnición un poquito especial, para ello freimos unas patatas, cuando estén listas las retiramos y quitamos aceite de la sartén donde echamos nata, rallamos una buena cantidad de queso (elegid el que más os guste que quedará bien desde azul hasta tierno) en la nata; esperaremos a que se derrita y echamos las patatas que habíamos retirado y para finalizar un golpe de orégano. Y ale a disfrutarlo

miércoles, 30 de mayo de 2012

Milhojas de berejena

Esta es una receta que más bien se trata de una guarnición, pero la presentación y el sabor son espectaculares. Cortamos la berenjena en rodajas y la freimos en abundante aceite de oliva, retiramos a un plato con un papel de cocina para que absorva el excedente de grasa. También prepararemos una salsa de tomate, pochando la cebolla, con algo de ajo y teniendo el tomate friendose durante un tiempo prolongado, le podemos añadir romero y tomillo. En una fuente de horno poner salsa de tomate, encima la berenjena frita y cubrimos con queso rallado; repetir varias veces y acabar con pan rallado. Metemos en el horno precalentado a 200º unos cinco minutos y listo para comer. Como os decía puede ser una buena guarnición, por ejemplo para una merluza rebozada haciendo el rebozado con agua con gas, para que quede más esponjosa; eso sí en este caso a la salsa de tomate no es muy conveniente añadirle romero.

lunes, 30 de abril de 2012

Una de Piratas

Cuando descubrieron que aquella isla no estaba en las cartas de navegación no podían hacer otra cosa que dirigirse a ella y explorarla, el capitán dio las órdenes oportunas y la nave fue virando su curso hasta enfrentarse al islote; el viento azotó la bandera negra de las dos tibias y la calavera y guió al barco hasta el mismo borde de aquel pequeño trozo de tierra en medio del océano. Se designó a siete hombres que se dividirían al llegar a la playa, entre ellos iba el pequeño O’Flaherty, un muchacho muy vivaz que siempre se presentaba voluntario y que francamente necesitaba pisar tierra firme. A nuestro amigo le tocó dirigirse al norte teniendo que atravesar lo más espeso de aquella infernal selva tropical, pero cuando peor lo estaba pasando algo le hizo tropezar, se volvió y descubrió que se trataba del borde de un cofre mal enterrado. Después de un rato de trabajo consiguió desenterrar el baúl y abrirlo, el espectáculo era increíble, no hay visto nunca nada tan hermoso, tan imponente, tan admirable… le faltaron los adjetivos para poder describirlo, todos se le quedaban cortos. Pero al tratar de moverlo se dio cuenta de que era absolutamente imposible que una sola persona pudiera trasladarlo ni un centímetro. Entonces empezó a pensar que podía hacer, sabía de sobra que si se iba en busca de ayuda nunca volvería a encontrar el lugar, así que decidió hacer un fuego para que sus compañeros vieran el humo y acudieran a ayudarle. Pasaban las horas y él se entretuvo pensando en qué pasaría con el botín; pensó que podía cambiarle la vida y tener dinero suficiente para disfrutar el resto de su vida en esa granja con la que siempre soñó en su lejana Irlanda, también pensó que a lo mejor por ser el grumetillo apenas le corresponderían unas míseras monedas. Pero pasara lo que pasara sería cuando el cofre estuviera en el barco y él pensó que aunque solo fuera por admirar esa belleza dorada merecía la pena permanecer junto al cofre lloviera o hiciera sol y procurar no separarse lo más mínimo, hasta poder llevarlo al barco y después ya se vería lo que le depararía la vida y así lo hizo, abrazado al cofre lo encontraron sus compañeros.

viernes, 20 de abril de 2012

El final del Campamento

Una gran metáfora para definir una tristeza sin consuelo es evocar el final de los campamentos, en unos días se creaba un microcosmos en el que se vivía lejos de la realidad de las clases y demás; pero pasados los años uno se da cuenta de que tan realidad eran unos días como los otros, pero tener que salir de allí y abandonar una vida diferente provocaba una tristeza que venía del vacio que se produce al perder un ritmo de vida, unas viviencias que cada día iban aumentando, unos descubrimientos, nuevos retos, ... Hoy en día a veces surge una realidad paralela y tu vida por unos días no tiene nada que ver con lo que es la vida en general y cuando la realidad te obliga a volver junto a ella como una amante celosa, hay un empeño constante en soñar cada noche con una excepción tan real como la cotidianeidad, tratando de aferarte a unos días que transforman definitivamente la vida, pero que no son más que unos días y sin embargo la cabeza te hace creer una y otra vez que esas horas no tendrán final y cuando se acaban y toca volver a la rutina diaria por la cabeza pasan como en un cinematógrafo antiguo imagenes puntuales que son recuerdos que siempre acompañaran tus pasos. Por eso cuando unos días especiales se acaban me acuerdo del final de los campamentos, y de esa sensación, ese nudo en el estómago y ese tratar de aferrar la punta de los dedos esos recuerdos hasta hacerlos casi reales y otra vez volver a tener todas esas sensaciones que te hacen diferente al resto del mundo. Siempre que alguién te coge de la mano y te lleva un por camino, siempre te hace sentir diferente por el mero hecho de solo recordarlo; por eso hay que agradecer con todo el alma todos esos paseos por el otro lado del camino de la vida.

jueves, 12 de abril de 2012

Fatetbatthenhat

Este nombre impronunciable corresponde a una estupenda receta turca que me ha resultado muy curiosa y que pronto haré. Lo mejor de este plato es presentarlo en una ensaladera de cristal, ya que se va haciendo por capas de diferentes colores y la presentación es muy chula. Cubrimos la capa inferior colocamos pan frito cortado en rodajas finas y encima del pan colocamos unas berenjenas también fritas, cubrimos con una salsa de yogur (yogur, pepino, ajo, limón, hierbabuena y aceite de oliva) y de momento tenemos tres capas una de color dorado, otra más negra (por la piel de la berenjena) y otra más fina verde clarito de la salsa y ahora vamos a por una roja con una salsa de tomate (muy despacito con tomate rallado, cebolla, sal, azúcar, pimienta, orégano, cominos, ajo y un toque de cayena) y al final decoramos con carne picada salteada con unos piñones y algo de perejil. Y a disfrutar como si estuvieramos en Estambul.

jueves, 5 de abril de 2012

El pasillo del metro

No la había vuelto a ver desde aquel día que la echó de su cuarto en la residencia de estudiantes; ella quería decirle tantas cosas ... pero él no quería escucharlas, desde aquella fría noche de invierno no había vuelto a verla y hoy, justo hoy, se la había cruzado en esos pasillos interminables del metro. Ella no debía de haberle reconocido su antiguo flequillo ya no era tal y su incipiente barriguilla lo camuflaban perfectamente; sin embargo ella, ella ... seguía igual.

Cuando llegó a casa jugó un rato con los niños, los bañó y acostó como hacía todos los días, sin que aparentemente nada hiciera pensar que era un día diferente. Como todos los días tras acostarlos se sentó a cenar com su mujer y como cada noche cenaron en silencio, sin intercambiar una solo palabra y en silencio se fueron a la cama solo que aquella noche en su cabeza había un ruido estruendoso, de idas y venidas de vidas vividas y otras imaginarias, de comparaciones odiosas, de reproches silenciosos, de amores que se habían ido, de otros que vivían en el cuarto de al lado, de ...

A la mañana siguiente sin apenas dormir cinco minutos; se fue al trabajo, después de besar a los niños y hacer un gesto de despedida a su mujer. Con la vorágine del trabajo no pensó en otra cosa que resolver todos los papeles que tenía encima de la mesa, pero cuando apagó el ordenador volvió a acordarse de ella y pensó, tal vez incluso deseó volver a encontrarsela; pero en el metro solo se encontró con las mismas caras anónimas de todas las tardes, sin embargo llegó a su casa con los mismos pensamientos que la tarde anterior.

Al día siguiente volvió a pasarle lo mismo y al siguiente del siguiente y ... pero nunca más volvió a cruzarse con ella; nunca se planteó indagar o buscarla, solo esperaba que el destino volviera a cruzarla en su camino, pero el destino tan caprichoso como siempre no lo hizo. Aunque lo hubiera hecho ¿qué habría hecho él? nada, simplemente hubiera agachado la cabeza y apretado el paso como aquella tarde y ¿hubiera sido por no enfrentarse a una conversación de la juventud? o ¿por no enfrentarse a su vida?

viernes, 2 de marzo de 2012

La princesa y el muro

El otro día escuche un cuento de Jorge Bucay, al que admiro y sigo desde que leí su libro de cuentos para pensar, y como no podía ser de otra manera este también me encantó, habla del final del amor y te dice que cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace, es porque todo se ha terminado; y dice así.

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.

Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre y empezaron de nuevo los fríos, solamente quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía tanto esfuerzo. Solamente este joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y a ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.

La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.

Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. Pero el 31 de Diciembre, el día después de haber pasado los 365 díasy las 364 noches allí; el joven se levantó del muro y se marchó. Fue a su casa a ver a su madre, y ésta le dijo:
- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches y 365 días y en último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, amor, ¿verdad madre?

jueves, 2 de febrero de 2012

Souquet de pescadores

Vamos a ver un plato de pescado que para el frío siempre viene bien y luego nos deja un caldo reconstituyente fantástico.

Primero prepararemos un caldo de pescado con las espinas del pescado que hayamos elegido, preferiblemente uno blanco y para darle un toque diferente tostaremos las espinas en una sartén. Laminamos ajo y lo echamos en una sartén con algo de aceite de oliva caliente hasta que esté muy dorado, en ese momento añadimos tomate rallado y cocinamos bien, para que esté bien sofrito, como para una salsa de tomate. Cuando esté listo añadimos unas patatas triscadas y el caldo que habíamos preparado previamente.

Preparamos un majado con ajo, las huevas pasadas por la plancha, ñora, pan frito, avellanas y almendras; y lo echamos al caldo para espesarlo, después añadiremos el pescado y a última hora las almejas y en cuanto se abran retiramos del fuego, hay que estar muy atentos que este proceso durará muy poco. Y ale a disfrutar.