lunes, 22 de septiembre de 2008

El tigre y el zorro

Como os he comentado alguna vez en el grupillo este de confirmación, que nos reuníamos los sábados a las cuatro de la tarde y forma parte importante de mi adolescencia también leímos esto. Pero antes, voy a aprovechar para recordar a María de la O, Martuca, Pepe, Carlos, Juan Carlos, Juan, Fernando, Mari Cruz, Paloma, Beatriz, Clavería, David, Calama, Mario y Begoña, creo que no se me olvida ninguno de los que en un momento u otro pasaron por el grupo, muchas gracias a todos por lo que habéis aportado y aportáis a mi vida.

Un hombre joven, del todo desanimado, salió a dar una vuelta por la selva. En pleno bosque, se extrañó al ver que un zorro llevaba comida a un tigre atrapado y herido que no se podía mover. Al día siguiente volvió para comprobar si aquel hecho era pura casualidad o era habitual. Y vio que la escena se repetía, el zorro dejaba un buen trozo de carne al alcance del tigre. Y así un día trás otro.

Admirado de la solidaridad de los animales se dijo: "La naturaleza es maravillosa y Dios es bueno. Si los animales, que son inferiores a nosotros, se ayudan así, mucho más lo harán las personas. Y, si Dios tiene semejante cuidado de los animales, mejor cuidado tendrá de mi". Y se decidió a hacer la experiencia.

Se echó en tierra, aparentando que estar herido, y esperó que alguna persona pasara por su lado y se compadeciera de él. Pasaron las horas, llegó la noche, y nadie se acercaba por aquel sendero. Él soportaba el hambre y la intemperie, dando por supuesto que Dios no le abandonaría haciendo que alguien pasara por allí. Pero al cabo de unos días de esperar inútilmente, al límite de sus fuerzas, decepcionado de una naturaleza que ya consideraba desordenada, y también de un Dios injusto y cruel, y se dirigió a Dios diciendo “¿acaso los humanos son peores que los animales?” y Dios le respondió “no, pero si te hice zorro, lo que no entiendo es ¿por qué te haces pasar por tigre?”

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