Podíamos decir que he pasado por muchas etapas tanto en lo social como lo laboral, pero lo que está claro es que siempre he pertenecido a lo que en cada momento era el núcleo duro y considero (iba a poner “creo”, menudo pecado) que estar en la cresta de la ola durante once años es un merito social relativamente importante.
En lo laboral lo podemos dividir en 5 etapas, cuando entré empecé a trabajar con Pilar en la Biblio, y la verdad es que aunque el trabajo era bastante repetitivo yo estaba encantado de currar en una gran empresa, hasta que, unos meses después, llegó Miguel y me propuso un pequeño problema, que debí resolver como él esperaba porque al día siguiente estaba redactando el capítulo IV de la publicación del Parlamento Europeo “Transporte Combinado”, denominado Técnicas de Transporte Combinado; cada vez que leo TEU, Caja Móvil, Bi-Modal, Cargo-Sprinter, … aún se me empañan los ojos.
Con el gran profesor estuve varios años, hasta que en el 2000 ante la imposibilidad de que José fuera a Derby, Julio decidió mandarme a mí y ahí empezó mi época dorada empecé a dedicarme a los proyecto europeos y a tener reuniones en todas las ciudades de Europa, yo con poco más de 25 años y tan pronto tenía una reunión en Londres como en Roma, en Paris o en Maribor (Eslovenia); llegué a dar una conferencia ante unas 120 personas en Praga (en perfecto inglés, más o menos jejeje).
Pero Julio tuvo que irse y a la nueva dirección el tema Europeo no le resultaba tan interesante, así que me reciclaron y pase a llevar la formación sobre la nueva terminal del aeropuerto de Madrid, la verdad no me atraía mucho, pero cuando vi salir el primer avión de la nueva terminal en la madrugada del 5 de Marzo de 2005 he de reconocer que me emocioné y cada vez que voy por T4 la siento como algo mío, algo en lo que he participado y no deja de ser una de las obras de ingeniería más importantes de España en los albores del siglo XXI.
A mi vuelta a la central cuando no sabía bien a qué iba a dedicarme salió Miguel al rescate, siempre Miguel; y volví a aprender cada día y a dedicarme a trenes, autobuses, aeropuertos, rutas marítimas, … Hasta que concluí esta quinta etapa con el cambio de trabajo y mi aventura en el sur.
En lo social ha habido tres etapas, mucho más intensas que en lo laboral y que son las que realmente han marcado mi personalidad. Al principio estaba yo allí solo en la biblio hasta que apareció José y me propuso que fuera a jugar al futbol con los otros chicos de la ofi, con Alberto, Javier, Kiko, … y aunque ellos con 6 años más que yo me parecían supermayores lo cierto es que lo pasamos bien, descubrí Huertas y forjamos una amistad que tras el discurrir de los años sigue muy vigente en mi vida.
En el 99 nos mudamos a Pº de la Habana y Consultoría estaba en la misma planta lo que hizo que nos uniéramos Alitas y Terrícolas, a pesar la enorme rivalidad futbolística. Fueron años de miles de aventuras los trajes en el Maraya, las Máquinas de Quedar, el Anyway, los viajes a Mojácar, la Rioja, Islantilla, Asturias, Astorga, León, …, el Bitter, la nueva afición de Ge (cada año aparecía con un nuevo hobbie), las tardes interminables en el Casinillo, el viaje a Palma de Gelo, los whiskys con anís, … En los momentos más bajos siempre estaban allí y es que en ocasiones nos seguimos juntando y … Carmen, Sole, Ge, Pati, Carlitos, Jortel, Antoñito, Gelo, Suso, Mª Ajo, Pipo, Blanca, Miguel, Ramírez, Natalia, Chema, Santi, Carlos Enemigo. Chari, Coletas, Julio, Fany, Patricia Ronda, Marta Callejón, … y tantos y tantos otros que la verdad hicieron que aquella época se convirtiese en una sucesión interminable de copas y risas. Superponiéndose en el tiempo con esta, hubo una época en la que me juntaba con los Bonnie Boys, los más pijulis de la empresa, y con Ceci (un grande entre los grandes), pero no puede considerarse una etapa en sí, aunque quizá sí la sociedad que formamos Fer, Lidl, Joseph y yo; qué sería de la vida sin las apuestas.
La tercera coincide con mi última etapa en la compañía, a mi vuelta del aeropuerto el departamento estaba muy cambiado, había habido una profunda renovación generacional y un grupillo denominado Pineaple; los Rod, Juanrez, Ana, Laura, Carol, Pedro, Pablo, Igancio, Rafa, … me han hecho correr alguna que otra aventura. Trato de seguir las actuaciones del grupo incluso unirme de vez en cuando porque la verdad es que mola, pero la distancia y mis obligaciones paternales hacen que sea complicado, aún así procuramos visitar el 46 de vez en cuando. Además es con ellos con los que viví uno de los momentos más emocionantes y es que en mi despedida, cuando andabamos tomando la penul, Rod se puso a cantar el tango "Volver" y debía haber algo que se me metió en un ojo porque se me humedecieron como hacía tiempo.
Fue el primer trabajo de vedad, algo así como el primer amor; y eso que dicen que el único amor verdadero es el primero que el resto solo son para olvidarle, quizá sea cierto en lo laboral, lo recuerdo con tanto cariño, que ahora a punto de cumplirse el primer año sigo necesitando sentir que estoy unido a esa, que imagino, siempre será mi casa.
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