Teníamos el mejor grupo e incluso el monitor más salao don Antonio Sierra Sidera; pues aunque estábamos en la cima y éramos puestos como ejemplo, unos días después nos dividiríamos y unos nos iríamos a CEMI y otros a Frater, pero en el momento de la confir éramos un grupo compacto y desde Zarazalejo no habíamos hecho más que crecer como personas en una época tan difícil como la adolescencia, yo además había tenido que sobrevivir al hecho de trasladarme a la sierra y abandonar mi cole, mi barrio, mi …
Era una mañana soleada y yo con ese traje gris Príncipe de Gales que tanto me gustaba, combinado con camisa rosa (ese color que tanto me persigue) y corbata roja, noventero pero no muy extravagante. Hacía nueve años que no era el prota de una ceremonia religiosa, y pasarían 15 hasta la siguiente (aunque en esa prota, lo que se dice protagonista, no).
Yo ya vivía en la sierra y la verdad volver al cole siempre me ilusionaba y más para hacer algo con mi grupo, habíamos pasado muchas cosas juntos, desde 1º de BUP intercambiando opiniones todos los sábados, habíamos sobrevivido a cinco monitores y un espontaneo, a convivencias de todo tipo, a corrección fraternas, a ...
La ceremonia fue un sábado a las doce y mi padre era mi padrino; recuerdo que andábamos con muchas coñas con la torta que te daba el Vicario, y al final no, solo óleo y poco más. Vinieron mis abuelos, pero aquello fue una celebración más bien íntima, y la verdad es que en aquel entonces tampoco quería más, quizá en lo que pensaba era en salir por la noche con todos mis amigos. Esas edades en las que tu orden de prioridades es así.
Lo cierto es que la noche fue una pasada, empezamos en Bilbao jugando al penúltimo y yo ya salí de la Casa de la Cerveza en todo lo mío y luego fuimos a Malasaña (de las poquitas veces en mi vida que he ido por ahí); acabé durmiendo en casa de Armada y fue un día increíble, pero el último gran día de un grupo que marcó mi primera adolescencia. A pesar de que ya llevaba un año en la sierra y estaba notablemente cambiado, recuerdo que un escalofrío me recorrió la espalada cuando estaba preparándome para bajar a Madrid con los chavales.
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